En el cáncer avanzado se da una alteración en la
regulación del metabolismo, incluso en aquellos cánceres que no afectan al
páncreas u otros tejidos encargados de la síntesis y liberación hormonal
relacionadas con la regulación metabólica. Esto es porque el tumor, para
mantener su elevada tasa de crecimiento, debe poseer un metabolismo muy activo
y actúa como una trampa de glucosa y de ácidos grasos que es incapaz de
sintetizar para la biosíntesis de sus propios componentes
celulares.
Así
la aparición de un tumor supone un desequilibrio de todo el metabolismo del
huésped, de manera que los efectos del tumor pueden hacerse notar en zonas
corporales muy alejadas de la localización del tumor primario. Cabe pensar que
la mayoría de estos fenómenos deben ser causados por “emisarios químicos”
enviados por el tumor, pero se conoce muy poco sobre tales señales.
El
metabolismo del huésped sufre adaptaciones a dos niveles; por un lado se
producen cambios a nivel metabólico y hormonal, debido a la competencia que se
establece entre el tumor y los tejidos del huésped por los combustibles
metabólicos (en especial la glucosa) y por los sustratos anabólicos
(aminoácidos) y por otro el tumor influye sobre el resto de tejidos del
huésped, disminuyendo el grado de diferenciación celular, cambiando las
características enzimáticas y la sensibilidad a determinadas hormonas, además
de alterar los sistemas de control metabólico por retroalimentación, los cuales
coordinan las actividades de las glándulas endocrinas centrales y periféricas.
El
drenaje de nutrientes que realiza el tumor conduce al huésped a un estado de
ayuno acelerado, aunque la respuesta del huésped difiere de forma sustancial a
la observada en una situación de ayuno.
Las células turmorales
presentan una serie de alteraciones que inducen este aumento en la demanda de
nutrientes:
En cuanto al metabolismo glucídico,
tienen sistemas de transporte de glucosa más eficientes, hay un aumento de la
actividad glucolítica y
degradación hasta lactato. Hay manifestación de encimas en forma fetales por lo
que son más eficientes e inducen mayor crecimiento y proliferación celular. Hay
una activación de la actividad de la vía de las pentosas fosfato implicada en la síntesis de ácidos
nucleicos, y por tanto en la replicación celular.
En cuanto al metabolismo lipídico
hay una mayor utilización de á. Grasos para obtener energía, mayor utilización de
cuerpos cetónicos,
captación de ácidos grasos incrementada, aumento de la cantidad de á.
grasos insaturados e
incremento de la metabolización del colesterol.
En cuanto al metabolimo aminoacídico se
observan sistemas de transporte de aminoácidos más eficientes, aumento de la
utilización catabólica de aminoácidos, aumento de la síntesis de
proteínas y crecimiento celular, aumento de la síntesis de purinas y
pirimidinas.
Esta
situación de ineficacia metabolica, toda la glucosa y aminoácidos de la dieta se
dirigen hacia el tumor y el huesped ha de recurrir a sus reservas metabólicas que se
van agotando con el tiempo, desembocando así en el síndrome de caquexia, que se
acompaña además de astenia, anorexia, malabsorción de nutrientes, etc. Este
estado de malnutrición desemboca en alteraciones de las funciones vitales,
provocando al final la muerte del paciente.